sábado, 31 de marzo de 2012

Aguas verdosas,
profundas, abisales.

Honduras transparentes.

Heladas. 

Silenciosas.

Cómo la nívea niña
que flota entre las algas.

Tan pálida la piel.
Tan cerrados los ojos.
Tan muda el alma.
Tus lágrimas, la lluvia de este Invierno.
Mi ausencia, el frío.